Buenos Aires, 30 de junio de 2015. Artículo Editorial del Presidente de AICACYP, Gonzalo Galán, en el número 18 de Revista Aire Libre.
A fines del pasado mes de abril y con la presencia de la Presidenta de la Nación, el Registro Nacional de Armas, dejó inaugurado el Banco de Materiales Controlados; el depósito de armas, municiones y pirotecnia más grande del país.
En su discurso, Cristina Fernández de Kirchner destacó la política de desarme llevada cabo por el Gobierno Nacional y planteó impulsar proyectos de ley que se encuentran en el Congreso, para reemplazar al Registro Nacional de Armas (Renar), por una Agencia Nacional de Materiales Controlados.
A su turno, el actual Director del Renar, Matías Molle subrayó la necesidad de la creación de un nuevo organismo que cuente con otro tipo de organización y que prevea tareas de prevención de la violencia armada. “El Renar hace más de lo que dice su estatuto, por eso necesitamos una Agencia Nacional de Materiales Controlados que contenga las políticas de desarme, control y fiscalización que se llevan adelante”.
Hasta allí, podría decirse que son temáticas que los usuarios legales de armas ya conocían. También son recordadas las palabras que el actual Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dirigía en Agosto de 2006, a las entidades más representativas del sector. Allí remarcaba que era fundamental avanzar, entre todos, para hacer de este sistema una política de Estado en materia de armas que nos permita, aunque cambien los directores, mantener una impronta que asegure que todo ciudadano pueda acceder legalmente a un arma.
Como en muchos aspectos de la vida institucional del país, nuestro sector también requiere una política de Estado, consensuada y perdurable en el tiempo. Como integrantes de la sociedad civil queremos (y nos corresponde), participar de su construcción, tal como está sucediendo en otras naciones de nuestro continente.
Y a la hora de las citas relevantes sobre la temática, cabe destacar también de 2006, la del ex Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quién señalaba:
“Nuestra energía, nuestro empeño y nuestra ira están dirigidas hacia las armas ilícitas, no hacia las lícitas. Nuestras prioridades son el cumplimiento efectivo de las normas, mejores controles y reglamentación, almacenamiento seguro, y reunión y destrucción de las armas. Nuestros objetivos siguen siendo los mercaderes de armas inescrupulosos, los funcionarios corruptos, los sindicatos de traficantes de drogas, los delincuentes y otros elementos que llevan la muerte y el caos a nuestras comunidades y que arruinan vidas y destruyen en minutos la labor de años. Para detener la marcha destructora de los conflictos armados y el delito, debemos parar a esos proveedores de muerte”.
Sin dudas, coincidimos plenamente con Kofi Annan, en el que siempre será nuestro horizonte.
Hasta la próxima.
Gonzalo Galán